Frank D'Arbo (Rainn Wilson) es un tipo normal y corriente, aunque algo patético, que cuando percibe el interés romántico de su esposa Sarah (Liv Tyler) por un malote y encantador traficante de drogas del barrio llamado Jock (Kevin Bacon) se derrumba. Animado por una visión divina decide crearse un alter ego superheroico y convertirse en 'The Crimson Bolt", un justiciero sin superpoder alguno pero que poco a poco logra combatir el crimen en su zona a base de fuerza bruta.
Cuando llega el momento de hacer frente a Jock, Frank recibirá la ayuda de Libby. Una peculiar joven que se convertirá en Bolty, la ayudante perfecta.
Hace un par de años el guionista Mark Millar y el dibujante John Romita Jr, crearon el comic Kick Ass, 6 números en los que un adolescente del "mundo real" decide convertirse en superhéroe. La obra estaba llena de humor negro y violencia y se cerraba con una moraleja perfecta. El año pasado pudimos ver la consiguiente adaptación al cine dirigida por Matthew Vaughn, muy descafeinada con respecto al original. Disfrutable pero demasiado liviana.
Super es lo que debería haber sido la película de Kick Ass, brutal, divertida, repugnante, graciosa, ácida, conmovedora. Gunn le gana ampliamente la partida a Vaughn, aunque esto se debe a la condición de producto minoritario de esta película permitiendo la tan deseada libertad de movimientos que Hollywood no da a quien juega con los millones de las productoras.
En lugar de un errático Nicholas Cage tenemos a un pletórico Kevin Bacon, continuando la racha de X-Men Primera Generación, formando parte del peculiar cuadrángulo amoroso de la historia. Tampoco falta el resto de la Tropa Gunn que ya vimos en La Plaga (me encanta esa peli): Gregg Henry, Michael Rooker y Nathan Fillion como un "genial" Superhéroe cristiano. Y no me olvido de Ellen Page que se aleja de los personajes que ha interpretado hasta ahora y se mete en el uniforme de Bolty, la violenta y algo salida sidekick de Crimson Bolt.
Creo que no me equivoco si pronostico que Super no se estrenará en nuestros cines, su peculiar contenido no apto para el público mayoritario y su desastroso camino por la taquilla americana, donde recaudó unos paupérrimos 350.000 dólares sobre un costo de 1.500.000, me lleva a pensar que podremos dar gracias si llega a ver la luz en DVD. Los impacientes pueden rastrearla en la red.
Envidio a los suertudos que pudieron verla en el pasado Festival de Sitges.
