martes, 29 de noviembre de 2011

Adiós Ken.



Ha fallecido Ken Russell a los 84 años y nos ha dejado una obra interesante hasta en sus momentos más bajos. En cuanto pueda me tragaré enterita la que considero su Magnus Opus: The Devils. Os recomiendo que hagáis lo mismo.

martes, 22 de noviembre de 2011

Reseñas Relámpago: Noviembre 2011.

 The Devil's Double, de Lee Tamahori (2011).


Esta es la historia de Latif Yahia (Dominic Cooper), un soldado iraquí cuya gran maldición fue parecerse al terrible Uday Hussein (interpretado también por Cooper). Dicho parecido le acarrea la desgracia de convertirse en doble del primogénito de Saddam Hussein; Uday era un digno sucesor de Calígula, sus fiestas con armas, drogas, mujeres y techno-pop era bien conocidas así como su "costumbre" de recoger chicas a la salida del colegio. Esta particular relación entre "hermanos"  y las reacciones de Latif son el eje central de la película.


The Devil's Double es un película correcta a todos los niveles que cuenta con una gran interpretación del joven valor británico Dominic Cooper (visto en Capitán América interpretando a Howard Stark) y una acertada y vistosa dirección de la  antigua promesa neozelandesa: Lee Tamahori (Guerreros de Antaño); pero podría haber sido algo mucho más grande.
El problema viene de un guión tímido que no explora las posibilidades de la relación Latif/Uday más allá de lo evidente y que prefiere centrarse en lo superficial resultando en un film que tiene más que ver con el género mafioso que con otra cosa. Creo que la frase publicitaria : Scarface of Arabia, le hace más mal que bien a un film indudablemente entretenido pero corto de miras.
Si os interesa el tema Hussein Family os recomiendo encarecidamente la miniserie de la BBC House of Saddam, 3 capítulos pa'mear y no echar gota.

Blackthorn: sin destino, de Mateo Gil (2011).


Tras haber huido de Estados Unidos, el legendario forajido Butch Cassidy (Sam Shepard) murió en Bolivia en 1908, tiroteado junto a su amigo Sundance Kid. Esto es lo que dice la versión oficial. Pero lo cierto es que ha pasado veinte años escondido en Bolivia bajo el nombre Blackthorn y ahora quiere volver a casa. Sin embargo, pronto encontrará en su camino a un joven ingeniero español llamado Eduardo (Eduardo Noriega) que acaba de robar la mina en la que trabajaba, perteneciente al empresario más importante de Bolivia, y al que acosan una docena de jinetes ansiosos por acabar con su vida. Acompañar a Eduardo es la única manera que tiene Blackthorn/Cassidy de volver a casa.

 

Blackthorn es probablemente la mejor película española que he podido ver este año y no puedo dejar de maldecirme por no haberla visto en el cine.
Mateo Gil se ha sacado de la manga una "no secuela" de Dos hombres y un destino olvidandose del tono dulce del clásico protagonizado por la pareja Newman/Redford. Blackthorn tiene más que ver con el cine de Peckimpah por su tono romántico y melancólico, esa nostalgia por una época pasada que siente un hombre cansado a la vez que consciente de que su mundo ya no existe.
Las intenciones de Gil quedan claras al substituir el clásico Raindrops Keep Fallin' on My Head por el más adecuado Ain't No Grave (Gonna Hold This Body Down) de Johnny Cash.
Gran trabajo de Mateo Gil que retrata ina Bolivia tan bella como peligrosa (especialmente las escenas en el Salar de Uyuni) y que es capaz de saca una magistral interpretación a Sam Shepard.
Imprescindible

También he visto Un dios salvaje, film de un Polanski que nunca ha sido santo de mi devoción (ni La semilla del diablo ni Chinatown me vuelven loco),  que resumiré como: un capítulo de Frasier demasiado refinado  (pero que gañán soy). Probablemente para entender y disfrutar del film en condiciones se deban realizar múltiples lecturas y yo no estoy por la labor.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Aquaman: La muerte de un príncipe.


Este post se compone de cuatro partes:
1) Obsesionado con los héroes de segunda fila.
2) Jim Aparo y yo.
3) Los experimento en Atlantis y bajo el agua.
4) Reseña de Aquaman: La muerte de un príncipe.

Obsesionado con los héroes de segunda fila.

Supongo que la culpa de que me interesen más Green Lantern, Hawkman o Aquaman que Superman, Batman y Wonder Woman (los 3 Grandes de DC Comics) la tiene la serie de animación Super Friends que devoré cuando fue emitida en los albores de la Televisión de Galicia.


Poco después comenzaron a entrar en casa las publicaciones de la fenecida Ediciones Zinco, dicha editorial había comenzado ha editar lo mejor que producía una DC Comics en estado de gracia a mediados de los ochenta: Crisis en Tierras Infinitas, Superman de John Byrne y del dúo Wolfman/Ordway, Green Lantern de Lein Wein/Dave Gibbosn, la serie de Batman que venía a ser un contenedor de genialidades por cortesía de: Frank Miller/ David Mazuchelli, de Todd McFarlane, de Mike W. Barr/Alan Davis, y hasta rediciones del material setentero del enorme Neal Adams. Además de títulos míticos como la JLI del trío Giffen/DeMatteis/Maguire, y no podía olvidarme de mi obligado guiño a Roy Thomas: Infinity Inc. Con esto aprendí a leer correctamente pero no estaba yo muy contento


Blue Beetle (izquierda), Fuego (el par del centro) y Booster Gold (derecha) hicieron más por mi educación que muchos profesores.

Mi nivel de lectura era bueno pero... ¿donde cojones estaban Hawkman, Plastic Man, Aquaman, el Átomo y demás héroes que había visto en la pequeña pantalla?. Muchos de ellos no tenían serie, otros estaban siendo relanzados en los USA y a la mayoría no los conocía ni el tato debido a la sequía DeCeera que asoló España durante generaciones mientras Marvel (lógicamente) se comía el mercado a bocaos.
Cuando Zinco echó el cierre (situación que muchos todavía lamentamos y que supuso un vuelco en el mercado español cuyas consecuencias todavía estamos pagando los fans) hubo que decidir entre dejar el vicio o pasarse al producto rival: MARVEL. Como ya estaba podrido hasta la médula me pasé a la casa de Stan Lee y mi debilidad por los héroes de segunda y tercera fila se incrementó de manera exponencial (serie para Hank Pym YA!!), pero eso ya lo contaré otro día.

Jim Aparo y yo. Que no se diga que no pago mis deudas.


Jim Aparo (fallecido en 2005) se pasó la vida dibujando, principalmente, a Batman. Siempre a la sombra de Neal Adams, Marshal Rogers (D.E.P), Gene Colan (recientemente fallecido) y demás artistas, el bueno de Jim era cumplidor y su arte ejemplar... pero a mi no me gustaba. Después de leer aventuras (o mirar los dibujos) del hombre murciélago  ilustradas por gente como Alan Davis o el por entonces rompedor Norm Breyfogle, tener que aguantar el estilo sencillo y clásico de Aparo se me hacía difícil.
Fui muy injusto con él, yo decía que era malo cuando simplemente poseía un estilo pasado de moda en una época en que DC tenía gente que era lo más de lo más (no como ahora). 

 
 Y el público ha decidio que el muerto seaaaa........... ROBIN!. Por Jim Aparo.

En los últimos años se han reeditado obras de Jim Aparo realizadas en los años setenta, en esa época poseía un estilo más vigoroso, con influencia de Neal Adams pero sin llegar a cotas de realismo tan altas. Recomiendo la lectura de las recopilaciones de The Brave and the Bold, El Fantasma Errante y muy especialmente los sádicos relatos de El Espectro (que se merecen una reseña en condiciones). A partir de los ochenta el trabajo de Jim se adocena y por encima padece las "pesadas" tintas de Mike DeCarlo, pero a pesar de todo realizó una gran labor en Batman y los Outsiders y en Batman: Una Muerte en la Familia.
Jim Aparo, durante años fui muy injusto con tu trabajo. Estés donde estés: LO SIENTO.

Los experimentos en Atlantis y bajo el agua.



DC Comics siempre ha sido considerada como una editorial mojigata y con razón, quitando los inicios de Superman y Batman (mas cabronazos que nunca) los supertipos made in DC siempre han sido santurrones inocentes que hacen parecer a Pocoyó el Sargento de Hierro. El motivo fue asegurar las ventas para poder sobrevivir durante los años 50, época donde los supers estaban de capa caída a excepción de Superman, Batman y Wonder Woman que vivían  aventuras inofensivas.
El editor Julius Schwartz reinventa el superhéroe con el nuevo Flash a mediados de los 50 y reaviva las ventas, surge la Liga de la Justicia cuyo éxito provoca la reacción de la competencia: Los 4 Fantásticos y la consiguiente explosión de Marvel Comics.
Stan Lee y Jack Kirby dotan a sus creaciones de humanidad y "realismo" frente a los acartonados y dulces personajes de DC... exceptuando a Aquaman.
Aquaman fue uno de los últimos personaje surgidos durante la llamada Edad de Oro del comic book, nunca destacó por nada hasta que se acordaron de él para la primera alineación de la Liga de la Justicia. Y es que a pesar de moverse un entorno tan rico como Atlantis, un tipo con una camiseta naranja que vive bajo el agua siendo incapaz de sobrevivir fuera de ella más de una hora y que da órdenes telepáticas a los peces no da para mucho.

 

El personaje sirvió en varias ocasiones para experimentar y uno de esos experimentos consistió en hacer del nadador rubio un tipo responsable. Lo coronaron Rey de Atlantis, se casó con una pelirroja reina extradimensional llamada Mera (nada que ver con el pescado, ¿o si?) y tuvieron  un crio llamado Arthur Curry Jr./Aquababy. Este nacimiento se adelantó en 5 años al de Franklyn Richards, el churumbel de Reed Richards y Sue Storm de los 4 Fantásticos. 
No será la última vez que las páginas de Aquaman sirvan de campo de pruebas.

Aquaman: Muerte de un Príncipe.


El título y la ilustración que sirve de portada al tomo que ha motivado todo este tostón ya indican que Arthur Jr. no llegará vivo a la última página.
La Muerte de un Príncipe merece la pena esencialmente por el dibujo de un joven Mike Grell con reminiscencias de Dave Cokrum, el arte de un Jim Aparo colosal (continua es mi penitencia)  y la colaboración del tan excelente como olvidado Don Newton.
Otra cosa son los guiones de Paul Levitz, Steve Skeates y David Michieline,  que compusieron una trama que se desarrolló a lo largo de 3 años (1974 a 1977) publicada en historias de 7 páginas en la cabecera Adventure Comics hasta que su repercusión generó el regreso de la colección Aquaman.
Los guionistas, en un momento de clarividencia, se adelantaron en una década a un concepto tan innovador como perjudicial: el Grim and Gritty (deprimente y descarnado).
El "género" Grim and Gritty venía a consistir en bajar del pedestal a los supertipos para darles una paliza a base de realidad y oscuridad con la intención de proclamar que los comics no son para niños. Las buenas intenciones de Frank Miller y Alan Moore fueron malinterpretadas por legiones de autores que llenaron los estantes de comics pululados por antihéroes psicoticos y violentos.
Aclarado esto vuelvo con un Aquaman cuya vida está punto de cambiar por completo, debe elegir entre su tarea como Rey y su faceta de supehéroe, sus archienemigos le acosan hasta el punto de que su hijo pagará las consecuencias. Hasta aquí pinta muy bien, casi parece una versión primigenia del Born Again de Miller para Daredevil, y pudo haber sido algo similiar si Aquaman perteneciese a la escudería Marvel. La historia está edulcorada lo suficiente para echar por la borda las buenas intenciones de los guionistas que no consiguen hacer creibles las reacciones de Aquaman ante la muerte de su hijo (por veces da la sensación de que ni siente ni padece),  desconozco si esto se debe a presiones editoriales o a autocensura.
Lo curioso es que durante los años del Grim and Gritty se reseteó el pasado de Aquaman y su hijo pasó de morir ahogado (era incapaz de respirar aire) a morir destripado!!!!!!.
En definitiva, Aquaman: La Muerte de un Prínicipe es un comic que no llegará a mucha gente, demasiado rancio para estos tiempos, salvo que seas un curioso, un seguidor enfermizo de héroes de tercera, tengas deudas pendientes con Jim Aparo o sea tu cumpleaños. Eh, yo cumplo con todas!.

jueves, 3 de noviembre de 2011

30 Años, 30 Singles (16), Joe Walsh, Turn to Stone.


Mi "formación rockera" es totalmente autodidacta, no crecí escuchando la colección de discos de nadie, ni me topé con algún Auto proclamado Gurú de la Música decidido a guiar mis pasos. Todos mis conocimientos se los debo a malgastar (no siempre) el dinero en biografías y libros de Historia del Rock, a pillar la Popular 1 todos los meses y a la internete. ¿Y que tiene que ver en esto con Joe Walsh?, pues vereís, el nombre de Joe Walsh ya me sonaba de leer acerca de James Gang y los cansinos Eagles. Quizá debido a la pertenencia de Joe  a estos últimos no me paré demasiado en su figura hasta que vi el capítulo 21 de la primera temporada de la serie Sobrenatural, allí sonaba un pelotazo convertido en música llamado Turn to Stone; después de esto investigué al Señor Walsh, a James Gang y los cansinos Eagles (no me entran , que le voy a hacer). Y es que uno no para de aprender. 
Hasta viendo Sobrenatural uno puede descubrir una maravilla como este riff dramático a la vez que recio que se marcó Mr. Walsh.


Turn to Stone conoció 2 versiones en estudio, la primera en el disco Barnstorm de 1972 y la segunda en So What de 1974. Cualquiera de las dos es cojonuda, aunque la que fue editada como single fue la de 1974.
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