El grupo de motoristas conocido como los Sepultureros es testigo accidental del asesinato de un político, como consecuencia sus miembros son cazados y asesinados para eliminar cabos sueltos. El agente Stone propone unirse de manera temporal a la banda de satánicos motorizados para esclarecer el asunto.
Icono de la Ozploitation, joya oculta del género "moteros" y para algunos el "antepasado" de Mad Max, Stone (bautizada como Los Guerreros de la Muerte para el consumo doméstico español) es un apreciable film de acción sobre dos ruedas pero que aún así podría haber dado para mucho más.
Sandy Harbutt produce, escribe, dirige y actúa (encarna al Enterrador, líder del grupo) y da la sensación de que se perdió con tanta tarea. La trama del asesinato político no queda nada clara y se desaprovecha, las situaciones que Stone afronta en el seno de la banda no pasan de lidiar con un grupo de borrachines, folladores y porreros que proclaman adorar a Satán....si hasta se les coge cariño y todo.
Quizás la mayor pega de la película sea su protagonista, Stone es un tanto pardillo que por mucha melenita rubia y golpes de kárate que gaste no llega a caer bien al espectador, a este poli tan buenazo le venía bien una dosis de mala leche y escuchar mas Hard Rock (por cierto: gran acompañamiento musical de Billy Green, muy a lo Vertigo Records)
Quitando una breve referencia al alto grado de contaminación que sufre Australia poco o nada hay que lleve a pensar al espectador que Stone pueda haber influido en Mad Max, salvo la presencia de Hugh Keays-Byrne (Toecutter en Mad Max, y que en Stone presenta un look que le confiere una apariencia entre Ozzy Osbourne y Michael Hutchence), Vincent Gill (futuro Night Rider y tanque de gasolina suicida) y Reg Evans (el tipo de la estación de tren en Mad Max....vaya momento friki que me he marcado).
En definitiva, Stone es un exploit entretenido, de buena factura y con detalles de interés al que le falta punch para ser algo inolvidable.
Las cosas de palacio van despacio, hay alguna cosilla cociéndose en el horno y no queremos que se nos pegue, verdad?
Para matar el rato aquí os dejo el particular homenaje que rendían de manera habitual los Black Crowes (again...lo sé) al recientemente fallecido "Mr. Cool": Lou Reed.
Oh sweet nuthin' era un claro ejemplo de la capacidad y talento de la Velvet Underground, una muestra de que no solo eran vanguardistas y genios torturados, si no unos superdotados para el puro pop rock....A disfrutar.
Achaquemos los motivos de tantos meses de silencio a una conspiración y espero, por mi parte, que un hecho así no vuelva suceder.
Lo de la conspiración no solo lo traigo a colación por el
motivo antes mencionado, sino porque ese tema siempre me recuerda Aquellos
Maravillosos Noventas, tiempos de Expediente X, autopsias alienígenas, poderes
en la sombra y Cuervos Negros. En tiempos de Nirvana, Pearl Jam, Blur y Oasis
había un chico que adoraba a los pájaros de mal agüero de Georgia: The Black
Crowes. Saludos a todos.
Gracias a Internet tenemos todo a un click de distancia, series, películas, libros, discografías completas y demás mercancía cultural, pero a pesar de esa gran ventaja todavía hay un gran enemigo que exterminar y son los prejuicios. Todos hemos leído biografías de nuestros ídolos, análisis de sus obras, opiniones de fuentes de "confianza" pero muchas veces toda esas ayudas no sirven para derribar muros que surgen de la nada, en el caso de U.F.O. y mi relación con una de las 5 mejores bandas británicas de ROCK de todos los tiempos ese muro tiene nombre y apellidos: Michael Schenker.
El germano Schenker de 18 añitos (fundador de Scorpions junto a su hermano Rudolph y Klaus Meine) aportó su técnica magistral y "ligera" (no se trata de un simple masturba-guitarras) a una banda que se había perdido en sus parajes de space rock y poco a poco la convirtió en un poderosa máquina de Hard Rock de diseño.
U.F.O. fueron evolucionando del rock machacón y adictivo de Doctor, Doctor a la elegancia hard rockera de Lights Out; el viaje que comenzó en 1974 finalizó en 1979 con la edición del archifamoso directo Strangers in the Night y la marcha de Schenker (que despues de una infausta prueba con Aerosmith fundó el recordado MSG). No sé porque pero ahí me planté en lo que a U.F.O. se refiere, incluso me compré la muy recomendable caja The Chrisalys Years que contiene todo lo grabado con Schenker, alguien debió de plantar alguna barrera psicológica en mi cabezón, pero lo más probable es que se trate de un condicionamiento auto impuesto por los poco gratos recuerdos de bandas setenteras intentando sobrevivir en los horteras ochenta (jamás perdonaré el rubio de bote y el cardado de David Coverdale). Parece que 1979 fue la fecha de caducidad de los grandes del rock, unos no llegaron a ver la nueva década (Led Zeppelin), otros estaban perdidos (los Sabbath pre-Dio y post-Dio), la mayoría no sabía adaptarse a los nuevos tiempos y la New Wave Of British Heavy Metal llamaba a sus puertas.
U.F.O. no pretendían rendirse, con cada disco escalaban puestos y se situaban cada vez más cerca del estatus de leyenda y la marcha del genio teutón no detendría el ascenso de Phil Mogg (voz), Pete Way (bajo) y Andy Parker (batería), ficharon a un viejo conocido llamado Paul Chapman, alias: "Tonka", y editaron un discreto álbum llamado No Place To Run y que muchos recuerdan más por la producción de George "The Bealtes" Martin que por su contenido.
En esto que llegamos a 1981, se despide de la banda Paul Raymond (teclados y guitarra), viejo colaborador que se fuga al MSG de Scheker y al que reemplaza Neil Carter, pero la banda tiene guardada una última bala que decidirá su futuro.
Llegó el día de confirmar si todo lo que había leido acerca de este disco era verdad, después de ecuchar el albúm estas son las conclusiones:
The Wild, The Willing and The Innocent fue el primer álbum auto
producido por la banda y es una pena que tardasen tanto en hacerlo,
lograron un gran sonido: limpio, pulcro, pero orgánico, nada parecido a
lo que se estilaba en la época con ecos de batería y sonidos guitarreros
plastificados.
Las 8 canciones son grandiosas, la confirmación de que en los horteras ochenta se podía hacer un hard rock potente, con melodía pero sin caer en la dulzura hiper melódica de las bandas A.O.R. (y os lo dice alguien que ha disfrutado los primeros trabajos de Boston y Journey).
Chains, Chains comienza con una slide de Chapman que da paso a un ritmo de batería cuasi Zeppelinesco, y es que Andy Parker era un fenomenal rompe parches, y Mogg canta sobre tahures y perdedores.
Long Gone es la mezcla perfecta ente la potencia ochentera y el saber hacer setentero, esas guitarras que ejecuta Chapman en el estribillo así lo demuestran.
The Wild, The Willing & The Innocent es soberbia, tiene un riff que podría haber sido heredado de la era Scheker pero U.F.O. ya no son uno novatos y aplican todo lo aprendido en su carrera facturando una perfecta combinación de potencia, descaro y melodía (ese estribillo es tan genial como simple).
It's Killing Me es una jodida obra maestra, la prueba de que la melodía y la contundencia pueden ir de la mano sin caer en la ñoñería. Si existiese un manifiesto por un rock ochentero decente está canción seria el ejemplo a seguir.
Makin' Moves arranca de una manera muy delicada para rapidamente convertirse un machacón hard rock macarra marca de la casa, de esos de corear con el puño en alto. Chapman no es Schenker pero alguien echa de menos a estas alturas a la maravilla alemana????
Lonely Heart es una canción típica de U.F.O. pero en el sentido positivo, heredera de cositas como Cherry o Out in the streets (suave pero potente). Neil Carter demuestra que además de la guitarra y los teclados también se maneja con el saxo. Injusto hit menor en las radios.
Couldn't Get It Right, admito que el ritmo de batería ha sido robado a los panolis de Fleetwood Mac pero al menos le han sacado partido con ese estribillo glammy aerosmithero con palmadas y todo.
Profession Of Violence, una balada de esas de guitarra acústica, piano y arreglos de cuerda pero que cojones!!; trata de un asesino a sueldo o un matón encerrado que, ante todo, está enamorado. Vamos, como Oliver Reed en La Celada/Sitting Targer (un día comentaré esa peli).
U.F.O. triunfaron en el terreno artístico con todo en contra, lograron un estimable puesto 19 en las listas de UK y giraron, como de costumbre, por todo USA encabezando carteles y teloneando a grandes nombres, de seguir así lo habrían logrado. Eran grandes pero no todavía no tenían el sello oficial, por así decirlo, pero la ambición de Mogg los llevó al lado oscuro: Sintetizadores!!! (el horror, el horror...). Los siguientes esfuerzos de la banda se plasmaron en los fallidos Making Contact y Mechanix donde refinaron demasiado su estilo y se convirtieron en uno mas dR( B Md!Sma pop/rock ochentero. Para mas inri, Pete Way dejó el grupo y fundó los demoledores Waysted que generaron un par de arrolladores discos y un E.P. antes de caer en un infundado olvido después de facturar clips dignos de Spinal Tap como aquel Love Loaded.
The Wild, The Willin and The Innocent no es solo el mejor disco de U.F.O. sino que posee la milagrosa capacidad de devolver la fe en esa cosa maravillosa que fue y será el Rock.
Long Gone.
La genialidad hecha canción: It's Killing Me.
Bendito Mainstream de antaño. Para otro día dejaremos el comentario del Vices de Waysted, oro puro dentro del hard rock ochentero.
Regalaré un maravilloso NO-PREMIO al que descifre la portada creada por los genios de Hipgnosis (colaboradores necesarios de U.F.O. en lo visual), en us momento trajo problemas a la banda por su polémico contenido.
Ya lo cantaba Alice Cooper en los ochenta: He's Back, The Man Behind The Mask. Después de una temporada en la que la simple idea de escribir en el Blog me aterraba (la pereza es poderosa en mi) vuelvo a la carga con un repaso a la lista de los mejores Giallos según la Sound on Sight. Un total de 26 títulos (y algún que otro Bonus de mi cosecha) que iré repasando según tenga tiempo para verlos o revisarlos, pero dejando a un lado el orden establecido en la lista.
13. Una lagartija con piel de mujer. Lucio Fulci (1971).
Carol sueña con su libertina vecina Julia, cuando esta es misteriosamente asesinada Carol intentará demostrar su inocencia sin perder la razón en el intento.
Una lagartija con piel de mujer bien podría haber sido rodada por un Brian De Palma desfasado pues posee puntos en común con la obra del director de Vestida para matar (giallo made in USA???): Desde el erotismo, los violentos asesinatos, la historia de suspense, la importancia de "lo visual"... pero no es así; el artífice de todo esto es uno de esos profesionales que pocos se atreven a tomar en serio: Lucio Fulci.
El futuro director de la conocida N.Y. Bajo el terror de los zombis (Zombi 2) se sacó de la manga un título imprescindible dentro del giallo (y no solo por las bellezas que se pasean por la pantalla) en el que mejoró la fórmula al introducir su peculiar tono gore. Gracias a ello tenemos escenas como el detallado apuñalamiento de Julia o la impresionante visión de los perros viviseccionados.
Cabe destacar la habilidad con la que el directo italiano rodó la cinta ya que consiguió que los efectistas recursos visuales, habituales del género, no entorpezcan el visionado de la película e incluso consiguió escenas verdaderamente buenas como las secuencias oníricas o la persecución en las catacumbas (con el "malvado" Mike Kennedy de Los Bravos!).
La resolución del caso (SIN SPOILERS) es totalmente coherente y no pretende en ningún momento shockear al espectador con absurdas explicaciones.
En resumen, Una lagartija con piel de mujer no tiene nada que envidiar a la famosa Trilogía Animal de Argento, ya que en lugar de limitarse a copiarla incorpora elementos nuevos.
Se me olvidó comentar que la banda sonora corre por cuenta de Morricone (facilmente identificable) y los FX fueron diseñados por el recientemente fallecido Carlo Rambaldi (King Kong, Alien, E.T.).